Bishop Shawn's Sesquicentennial Message
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May 27, 2018150th ANNIVERSARY CELEBRATION
ST. Mary, Milan, and St. Mary, Unionville
SOLEMNITY OF THE HOLY TRINITY
HOMILY
Most Rev. W. Shawn McKnight, S.T.D.
26 May 2018Today we celebrate the historic occasion of the beginnings of two parishes in the Green Hills region here in Northern Missouri way back in 1868. Irish settlers, who originally came to Ohio and Indiana, pushed a little further west in the 1850s along the railways into Missouri. In these low, rolling hills of Sullivan and Putnam counties, St. Mary’s here in Milan and St. Mary’s in Unionville have been yoked together as sister parishes from the beginning. Fr. John J. Hogan (later Bishop Hogan) celebrated the first recorded Mass at the farm home of Denis Ryan just east of Milan on May 19, 1868. And the next day, Fr. R.S. Tucker celebrated the first recorded Mass south of Unionville at the home of Patrick O’Reilly. Thus, your two parishes are practically twin sisters!
Originally, the first resident pastor lived in Unionville in 1870 and Milan was its Mission; twenty years later, the roles were reversed when Fr. William F. Hanley built a rectory in Milan and took care of Unionville as its mission.
Over the years, coal mining and railroad repairs brought more diverse Catholic immigrants into our region. And the immigration continues to this day with our brothers and sisters coming from south of the U.S. border.
The history of St. Mary’s Milan and St. Mary’s Unionville reflects the character of the Catholic Church worldwide: we are Catholic, that is, universal: we are not a faith of one race, one language, or one culture. Instead, we are a family of relationships that crosses all kinds of borders and differences, for the command of our Lord to his nascent Church at his Ascension was this: “Go, therefore, and make disciples of all nations, baptizing them in the name of the Father, and of the Son, and of the Holy Spirit, teaching them to observe all that I have commanded you.”
The parishes of Milan and Unionville, from the 19th into the 21st centuries, has continued to baptize and teach the faith, to “love one another, as I have loved you.”
We celebrated last Sunday the Feast of the Holy Spirit—Pentecost. Next Sunday, we will celebrate the Feast of the Son—Corpus Christi. Today, the Church celebrates the Feast of the Father with our Mass of the Holy Trinity, for the Father is the eternal origin of both the Son and the Holy Spirit. In and through the Paschal Mystery of Jesus Christ, that is, Jesus’ death and resurrection, the Father and the Holy Spirit were revealed to us. God has revealed His inner life to be a communion of three Divine Persons; the Father who is God, the Son who is God, and the Holy Spirit who is God, but there is only One God. They are equal in substance, but distinct in relationships. Within God Himself, there is a community of Persons such that God is Love.
When we were baptized in the Name of the Trinity, we were born into this network of divine relationships. We have a relationship with the Father and can pray to Him as our Father; we have a relationship with Jesus his Son, and we can pray to Jesus as our brother; and finally, we have a relationship with their Holy Spirit, and we invoke the Spirit in the prayer of the Church: To the Father, through the Son, in the Holy Spirit.
As God is a community of persons, so is the Church. We who are adopted sons and daughters of the Father through baptism, recognize our bond of communion with one another as brothers and sisters in the Lord. And every parish is a grouping, a family unit of the brothers and sisters in the Lord. Pope Francis put it this way in his Apostolic Exhortation The Joy of the Gospel: “The parish is the presence of the Church in a given territory, an environment for hearing God’s word, for growth in the Christian life, for dialogue, proclamation, charitable outreach, worship and celebration. In all its activities the parish encourages and trains it members to be evangelizers. It is a community of communities, a sanctuary where the thirsty come to drink in the midst of their journey, and a center of constant missionary outreach” (no. 28).
My brothers and sisters in Christ, I convey to you the congratulations of the whole Diocese of Jefferson City as you celebrate today the sesquicentennial anniversary of the founding of your sister parishes. I implore you to remain faithful to your roots of inviting the immigrants into our area to be not only productive citizens but also fellow disciples working in the vineyard of the Lord. We are one family of faith, an assembly of various cultures, races and languages, and we are stronger when serving together rather than alone and apart from one another. May God bless the next 150 years of the Catholic Church in the Green Hills of Northern Missouri.
Celebración del Aniversario de 150 añosST. Mary, Milan, y St. Mary, Unionville
SOLEMNIDAD DE LA SANTISTIMA TRINIDAD
HOMILIA
Most Rev. W. Shawn McKnight, S.T.D.
26 mayo 2018
Hoy celebramos la histórica ocasión de los comienzos de dos parroquias en la región de Green Hills aquí en el norte de Missouri en 1868. Los colonos irlandeses, que originalmente llegaron a Ohio e Indiana, avanzaron un poco más hacia el oeste en la década de 1850 a lo largo de los ferrocarriles en Missouri. En estas colinas bajas y ondulantes de los condados de Sullivan y Putnam, St. Mary's aquí en Milán y St. Mary's en Unionville han sido ungidas como parroquias hermanas desde el principio. P. John J. Hogan (más tarde obispo Hogan) celebró la primera misa grabada en la granja de Denis Ryan, al este de Milán, el 19 de mayo de 1868. Y al día siguiente, el p. R.S. Tucker celebró la primera Misa grabada al sur de Unionville en la casa de Patrick O'Reilly. Por lo tanto, sus dos parroquias son prácticamente hermanas gemelas.Originalmente, el primer pastor residente vivía en Unionville en 1870 y Milán era su Misión; veinte años más tarde, los roles se invirtieron cuando el padre. William F. Hanley construyó una rectoría en Milán y se ocupó de Unionville como su misión.Con el paso de los años, la minería del carbón y las reparaciones ferroviarias trajeron inmigrantes católicos más diversos a nuestra región. Y la inmigración continúa hasta nuestros días con nuestros hermanos y hermanas que vienen del sur de la frontera con Estados Unidos.La historia de St. Mary's Milan y St. Mary's Unionville refleja el carácter de la Iglesia Católica en todo el mundo: somos católicos, es decir, universales: no somos una fe de una raza, un idioma o una cultura. En cambio, somos una familia de relaciones que cruza todo tipo de fronteras y diferencias, porque el mandato de nuestro Señor a su naciente Iglesia en su Ascensión fue este: "Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que te he mandado ".Las parroquias de Milán y Unionville, desde el siglo XIX hasta el siglo XXI, han seguido bautizando y enseñando la fe, a "amarse unos a otros, como yo los he amado".Celebramos el domingo pasado la fiesta del Espíritu Santo-Pentecostés. El próximo domingo, celebraremos la Fiesta del Hijo-Corpus Christi. Hoy, la Iglesia celebra la Fiesta del Padre con nuestra Misa de la Santísima Trinidad, porque el Padre es el origen eterno tanto del Hijo como del Espíritu Santo. En y a través del Misterio Pascual de Jesucristo, es decir, la muerte y la resurrección de Jesús, el Padre y el Espíritu Santo nos fueron revelados. Dios ha revelado su vida interior como una comunión de tres personas divinas; el Padre que es Dios, el Hijo que es Dios y el Espíritu Santo que es Dios, pero solo hay un Dios. Son iguales en sustancia, pero distintos en las relaciones. Dentro de Dios mismo, hay una comunidad de Personas tal que Dios es Amor.Cuando fuimos bautizados en el Nombre de la Trinidad, nacimos en esta red de relaciones divinas. Tenemos una relación con el Padre y podemos orar a Él como nuestro Padre; tenemos una relación con Jesús, su Hijo, y podemos orar a Jesús como nuestro hermano; y finalmente, tenemos una relación con su Espíritu Santo, e invocamos al Espíritu en la oración de la Iglesia: al Padre, a través del Hijo, en el Espíritu Santo.Como Dios es una comunidad de personas, también lo es la Iglesia. Nosotros, que somos hijos e hijas adoptivos del Padre a través del bautismo, reconocemos nuestro vínculo de comunión unos con otros como hermanos y hermanas en el Señor. Y cada parroquia es una agrupación, una unidad familiar de los hermanos y hermanas en el Señor. El Papa Francisco lo expresó de esta manera en su Exhortación Apostólica La alegría del Evangelio: "La parroquia es la presencia de la Iglesia en un territorio determinado, un entorno para escuchar la palabra de Dios, para crecer en la vida cristiana, para el diálogo, la proclamación, la caridad alcance, adoración y celebración. En todas sus actividades, la parroquia alienta y entrena a sus miembros para que sean evangelizadores. Es una comunidad de comunidades, un santuario donde los sedientos vienen a beber en medio de su viaje, y un centro de constante alcance misionero "(n. ° 28).Mis hermanos y hermanas en Cristo, les transmito las felicitaciones de toda la Diócesis de Jefferson City mientras celebran hoy el aniversario del sesquicentenario de la fundación de sus parroquias hermanas. Les imploro que permanezcan fieles a sus raíces de invitar a los inmigrantes a nuestra área a ser no solo ciudadanos productivos sino también compañeros de discípulos que trabajan en la viña del Señor. Somos una familia de fe, una asamblea de varias culturas, razas e idiomas, y somos más fuertes cuando servimos juntos en vez de solos y separados unos de otros. Que Dios bendiga los próximos 150 años de la Iglesia Católica en Green Hills del Norte de Missouri.
